Un estudio del catedrático de la Universitat Politècnica de València, Gabriel Songel, ha dado con la referencia más antigua que se conoce hasta la fecha al Santo Cáliz de la Catedral de València. En este caso, se trata de un acróstico o juego de letras hallado en el manuscrito que contiene el relicario de San Juan de la Peña, que está fechado en el siglo XI. De este modo, este nuevo descubrimiento adelanta 300 años la primera referencia al grial valenciano, “ya que hasta 1399 que Martín el Humano lo reclama al monasterio de San Juan de la Peña, no aparece en ningún documento”.
Según explica el profesor Songel, el acróstico se escribió en el S.XI con motivo de la coronación de Pedro I de Aragón. Son palabras compuestas con las letras del texto siguiendo un esquema geométrico que mencionan Calis Lapis Exilis, junto a la relación de reliquias que se guardaban en el monasterio oscense. En su estudio, el profesor de la UPV descubrió el esquema geométrico por deducción y semejanza con las composiciones de las marcas de los reyes y emperadores de la época y los laberintos visuales contemporáneos donde se escondían los nombres de los autores o el nombre del que había encargado la copia. La conexión geométrica más directa son las firmas papales llamadas Bene Valete que se concentran en un logograma compuesto de letras en torno a la N. “Es, por tanto, una citación implícita y una referencia directa a que el cáliz de piedra preciosa se encontraba en Huesca, siguiendo con la tradición laurentina. De hecho, otro de los acrósticos relaciona al papa Sixto con San Lorenzo y Huesca, o personajes como Donato Abad o el mismo papa Urbano II”, detalla apunta Gabriel Songel. El texto ha sido estudiado por expertos en códices ya que se encuentra insertado en un Glosarium del S. XI. “Lo sorprendente es que la imagen del texto no se había publicado hasta ahora. El códice se encuentra en el Archivo de la Real Academia de la Historia en Madrid”, añade Songel. Con el acceso al original y las copias digitales, el profesor Songel analizó la composición “perfecta” del impaginado que sigue la ley que descubrió el diseñador gráfico Tschichold en los años 50 del siglo XX. Otro de los “sorprendentes hallazgos” es que la retícula que organiza los bloques de texto contiene con total exactitud el diseño del Santo Cáliz, tal y como lo conocemos hoy en día. “Esta circunstancia corroboraría que el cáliz ya se había compuesto sobre la copa original en el S. XI”, destaca el autor del estudio. Esta investigación ha sido revisada por expertas en codicología, como la académica Elisa Ruiz García de la Real Academia de la Historia; el catedrático de Historia del Arte de la Universitat de València y conservador del Museo del Patriarca de València, Daniel Benito; Juan Miguel Díaz, miembro de la Pontificia Comisión Bíblica Internacional y decano de la Facultad de Teología “San Vicente Ferrer” de Valencia. La investigación ha sido desarrollada en los dos últimos años y ya está en el Registro de Propiedad intelectual. Junto con las anteriores ya publicadas parcialmente por el profesor Songel, van a ser incluidas en el libro “El cáliz revelado”, que será publicado por la editorial valenciana Tirant lo Blanch, primera editorial científica española según el Ministerio de Educación en su último ranking.