ZARZUELA, MANIFESTACIÓN REPRESENTATIVA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL

©Ferro Teatro

ZARZUELA, MANIFESTACIÓN REPRESENTATIVA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL

El Gobierno de España declaró la zarzuela como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, el pasado 30 de enero de 2024. El Ministerio de Cultura ha informado que se trata del “paso definitivo de protección” de este género, después de que la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bella Artes iniciara el procedimiento el 24 de julio de2023.

En la disposición publicada en el Boletín Oficial del Estado, se justifica el interés de esta declaración “por su valor musical intrínseco que la ha convertido en un elemento identitario del imaginario sonoro de ciertos territorios. Además de este valor musical, ha pasado a formar parte del imaginario colectivo nacional a través de personajes, melodías y textos, muchos de los cuales se han acabado convirtiendo en expresiones, dichos, refranes populares, etc.

Con esta declaración se pretende, tal y como se indica en la disposición, “contribuir a su consideración social y el interés público general y a su salvaguarda frente a los riesgos a los que continuamente se enfrenta”. Respecto a estos riesgos, el texto menciona “la escasez de obras contemporáneas, las barreras y estigmas que existen sobre el género, estableciendo asociaciones erróneas y reduccionistas y dejando de lado otras regiones donde la Zarzuela tiene una gran tradición; el envejecimiento de la edad media del público, no consiguiendo a traer a las nuevas generaciones, por lo que es necesario aumentar los programas o iniciativas específicos para su fomento; problemas con el relevo de intérpretes del género y escasa representación de zarzuelas dentro de los ciclos musicales por falta de apoyo popular”.

El fin último de esta declaración por parte del Gobierno es, a su vez, lograr el reconocimiento por parte de la UNESCO de la zarzuela como patrimonio inmaterial de la humanidad.

Este es uno de los muchos ejemplos que ponen de manifiesto la necesidad de los reconocimientos legítimos por parte de autoridades y dirigentes de estados para mantener un patrimonio que, en numerosas ocasiones, se encuentra en peligro por riesgos como el relevo generacional o la falta de proyección en una sociedad cambiante que evoluciona rápidamente.

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The Spanish Government declared zarzuela as a Representative Manifestation of Intangible Cultural Heritage on 30 January 2024. The Ministry of Culture has informed that this is the “definitive step of protection” of this genre, after the General Directorate of Cultural Heritage and Fine Arts initiated the procedure on 24 July 2023.

In the provision published in the Official State Gazette, the interest of this declaration is justified “by its intrinsic musical value, which has made it an identifying element of the sound imaginary of certain territories. In addition to this musical value, it has become part of the national collective imagination through characters, melodies and texts, many of which have ended up becoming expressions, sayings, popular proverbs, etc.

This declaration is intended, as the provision states, “to contribute to its social consideration and general public interest, and to safeguard it against the risks it continually faces”. Regarding these risks, the text mentions “the scarcity of contemporary works, the barriers and stigmas that exist about the genre, establishing erroneous and reductionist associations and leaving aside other regions where Zarzuela has a great tradition; the ageing of the average age of the public, failing to bring in new generations, making it necessary to increase specific programmes or initiatives for its promotion; problems with the replacement of performers of the genre and scarce representation of zarzuelas within musical cycles due to lack of popular support”.

The ultimate aim of this declaration by the Government is, in turn, to achieve UNESCO recognition of zarzuela as intangible heritage of humanity.

This is one of many examples that demonstrate the need for legitimate recognition by authorities and state leaders to maintain a heritage that, on many occasions, is endangered by risks such as generational replacement or lack of projection in a rapidly changing society.

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