Plan nacional de paisaje cultural

Parque Natural Tongariro (Nueva Zelanda)

El Plan Nacional de Paisaje Cultural fue impulsado por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (Ministerio de Educación y Deporte) con la vocación de generar instrumentos de gestión a través del desarrollo de criterios y metodologías de actuación sobre conjuntos de bienes culturales.

Para conseguir los objetivos, los Planes Nacionales profundizan en aspectos relacionados con la investigación, documentación, conservación preventiva y difusión. Todo ello debe estar enfocado a la proyección social y económica del Patrimonio Cultural como base de la gestión cultural como tal.

El paisaje y su dimensión ha sido abordado por tres organizaciones internacionales: UNESCO, IUCN y el Consejo de Europa. Además, existe la llamada Estrategia Territorial Europea fue adoptada por los ministros encargados de la ordenación del territorio de la Unión Europea (Potsdam, 1999), en la que se menciona la “gestión creativa de los paisajes culturales”.

En la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Natural y Cultural de la UNESCO (1972) ya se planteó la cuestión del paisaje a través del concepto de “sitio”. El Comité de Patrimonio Mundial desarrolló la idea del reconocimiento por parte de la Convención de que los sitios fueran calificados como Paisajes Culturales. Tras largos debates, la 16ª sesión del Comité del Patrimonio Mundial de Santa Fe (1992) introdujo una nueva categoría: Paisajes Culturales. El primer paisaje inscrito como tal en la Lista de Patrimonio Mundial (1993) fue el Tongariro National Park en Nueva Zelanda.

El Plan Nacional de Paisaje Cultural se refiere a esto mismo como el resultado de la interacción en el tiempo de las personas y el medio natural, cuya expresión es un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales, producto de un proceso y soporte de la identidad de una comunidad.

El Paisaje constituye una realidad dinámica porque depende de procesos ambientales, sociales y culturales que son cambiantes. Además, presenta una realidad compleja y de difícil gestión que reside en su propia naturaleza, ya que intervienen componentes naturales y culturales, materiales e inmateriales, tangibles e intangibles. Todo ello configura el paisaje como tal y deben ser tenidos en cuenta, ya que su carácter se forma a partir de la combinación de los mismos.

Visita la mediateca del Plan Nacional de Paisaje Cultural aquí.

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THE NATIONAL CULTURAL LANDSCAPE PLAN

The National Cultural Landscape Plan was promoted by the Spanish Cultural Heritage Institute (Ministry of Education and Sports) with the aim of generating management instruments through the development of criteria and methodologies for action on groups of cultural assets.

To achieve these objectives, the National Plans focus on aspects related to research, documentation, preventive conservation and dissemination. All this should be focused on the social and economic projection of Cultural Heritage as the basis of cultural management as such.

The landscape and its dimension has been addressed by three international organizations: UNESCO, IUCN and the Council of Europe. In addition, the so-called European Territorial Strategy was adopted by the ministers in charge of spatial planning in the European Union (Potsdam, 1999), in which the “creative management of cultural landscapes” is mentioned.

The UNESCO Convention for the Protection of the World Natural and Cultural Heritage (1972) already raised the issue of landscape through the concept of “site”. The World Heritage Committee developed the idea of the Convention’s recognition of sites as Cultural Landscapes. After lengthy discussions, the 16th session of the World Heritage Committee in Santa Fe (1992) introduced a new category: Cultural Landscapes. The first landscape inscribed as such on the World Heritage List (1993) was Tongariro National Park in New Zealand.

The National Cultural Landscape Plan refers to it as the result of the interaction over time of people and the natural environment, whose expression is a territory perceived and valued for its cultural qualities, product of a process and support of the identity of a community.

Landscape is a dynamic reality because it depends on changing environmental, social and cultural processes. In addition, it presents a complex reality that is difficult to manage because of its very nature, since it involves natural and cultural, material and immaterial, tangible and intangible components. All this shapes the landscape as such and must be taken into account, since its character is formed from the combination of them.

Visit the media library of the National Cultural Landscape Plan here.

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